Podría decirse que la crónica es un “híbrido” entre periodismo y literatura, es un cruce entre géneros. De todos modos, según Caparrós es un género que nadie sabe definir.
María Moreno explica que “la crónica, tal como retorna ahora o es exhumada, conserva ese movimiento: alguien va a un lugar desconocido y fija la mirada hasta que la verdad se confunda con la línea de los ojos””.
Nos proporciona la posibilidad de dejar volar nuestra imaginación, ver con “ojos nuevos”, disponerse a describir lo invisible en lo visible. Se trata de buscar elementos que sirvan para describir hechos de una manera diferente, innovadora. Lo particular de la crónica radica en buscar nuevos elementos que se puedan incorporar, a fin de hacerla más fascinante. A los datos objetivos, se les incorpora la subjetividad, y es importante los juicios de valor que se hagan.
Lo significativo es la manera en que se escribe, allí reside su secreto. El lenguaje que se emplea es muy personal, va acorde con el escritor. Requiere de una gran investigación y de compromiso, debido a que su objetivo no es simplemente contar una historia más, sino aportar datos nuevos, miradas inéditas.