En esta crónica de Rodolfo Walsh se puede apreciar una particularidad, comienza por el final. El tiempo es el eje que recorre toda la narración, esta presente en los distintos apartados temáticos.
Relata la desdichada “suerte” que tuvo un grupo de familias japonesas, que para buscar un presente y un futuro mejor, deciden ir a “probar suerte” a Argentina, más precisamente a la provincia de la tierra colorada.
Desafortunadamente no logran sus objetivos, la suerte, el destino y el clima no estuvieron de su lado. Lentamente vieron caer todas sus expectativas y sus proyectos. Invirtieron dinero, pero este no era redituado. Por lo que se vieron obligados a vender sus maquinas para salvar sus situación, que no la iban a poder sostener por demasiado tiempo. Las familias comienzan a “huir” y es en este punto donde Walsh hace un interesante análisis y descripción de cómo se da este destierro, esta despedida. Estas familias, que creyeron que su futuro iba a ser favorable en Misiones se van a Posadas, Buenos Aires, o vuelven a su tierra natal.
Comienza por contar el comienzo de la colonia, y como las familias poco a poco deciden mudarse, las historias se “repiten”, parecen iguales, una historia habla de las demás. Luego, sigue por contar el éxodo general de esas mismas familias, que no pueden sobrevivir en Misiones. En otro momento, cuenta la historia de cómo se construyó la escuela, y que es lo que sucede actualmente. Al incluir la historia de vida de algunos personas, menciona el presente de estos e inmediatamente la añoranza de su pasado.
Walsh, en su relato incluye la mirada del fotógrafo Pablo Alonso, como en el sueño que tiene, y se evidencia que su mirada y sus recuerdos coinciden con los de él. Permanentemente lo incluye en el relato, nunca lo deja de lado, es su compañero, un protagonista más dentro de su historia.
Expone toda la crónica en primera persona, incluyendo las contemplaciones del fotógrafo. Trabaja con la subjetividad, incorpora su punto de vista, los sentimientos que le producen tal destierro, las actitudes, rasgos y características propias de estos japoneses con descripciones muy detalladas. Desde el comienzo, instala un clima onírico, que lo acompañara en toda la crónica.
Considero que las crónicas que se relatan en primera son muy aptas y posibilitan esta entrada del punto de vista propio, sentimientos y sensaciones que producen determinados hechos.
Pero, al incluir otra persona, que de modo paralelo realiza el viaje o encuentro, etc con uno, es necesario incorporarlo, e incluir sus sentimientos. (Esta crónica de Walsh es un claro ejemplo de este caso)
Tanto al principio como al final relata el mismo hecho, un baile que realizan unas muchachas, agradeciendo las buenas cosechas. Al narrarlo nuevamente, lo resignifica.
Walsh termina por relatar la vida de las familias particulares, como fue su situación cuando migraron, finalizando con un caso particular de huida como otros tantos que se sucedieron.
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