domingo, 13 de julio de 2008

Miradas encontradas

El etnógrafo recorre distintos países, regiones y su tarea es la de investigar diversas sociedad, culturas, sus respectivas costumbres, formas de organización social, y demás. Por su lado, el cronista también puede realizar viajes, pero no necesariamente tan extensos como los que requiere un trabajo antropológico y hacia sitios tan remotos. Su función es la de tener una mirada reflexiva, pensante en la que toma en cuenta cada detalle, pero para otras personas pueden pasar totalmente desapercibidos.

Los etnógrafos quieren demostrar con sus textos que realmente estuvieron presentes en el lugar que están describiendo, deben convencernos no sólo de que verdaderamente han “estado allí”, sino que además deben persuadirnos de que de haber estado allí nosotros, hubiéramos sentido lo mismo que él, visto y concluido los mismo. Con el cronista ocurre lo mismo, también debe convencer de haber estado allí y con sus descripciones y relatos nos quiere transmitir y contagiar sus sensaciones.

Geertz plantea que los etnógrafos están utilizando elementos de la literatura para la producción de sus textos. Buscan que resulte atractivo para el lector. Asimismo, un cronista usa los elementos de los más diversos géneros. Todo es válido, en cuanto sea utilizado para desarrollar una crónica novedosa y atrapante.

Determinados etnógrafos son más capaces y astutos que otros en el momento en que tiene que plasmar el contacto que tuvieron con otra sociedad, con otra cultura que le son ajenas. De la misma manera, ocurre lo propio con los cronistas. Hay algunos que poseen más habilidades que otros para transmitir las sensaciones que tuvo en los encuentros que se dieron en un momento o en un lugar particular.

(La antropología esta mucho mas del lado de los discursos “literarios” que de los “científicos”)

El discurso antropológico es un discurso oscilante, híbrido, si bien hay ciertas formalidades de las que no puede escapar. El género de la crónica también los es. Permanentemente está a la búsqueda de elementos que puedan contribuir en hacer mejor su relato. Es un género muy abierto, que está dispuesto a incorporar todo tipo de cosas, a innovar y seguir cambiando.

El antropólogo trata de evitar que su subjetividad intercepte la objetividad que se requiere de su trabajo. (El antropólogo debe tener una mirada más “fría” de las cosas).. A diferencia del cronista, donde sus sentimientos, sensaciones e impresiones son parte fundamental de su producción.

El cronista, por su parte, cuenta con la suerte de no tener el deber de reconocer datos definidos y expresarlos de un modo específico, ni debe buscar unidades concretas, puede dejar libre su imaginación. El etnógrafo debe observar cosas concretas (instituciones, normas, formas de organización, etc) y debe registrar esos datos, hechos y cosas de un modo determinado.

Tanto el etnógrafo como el cronista se interesan en mirar con otros ojos, examinar los detalles, hacer visible lo invisible.

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